Protección de datos y el derecho al olvido. S.T.S. 210/​2016

El Tri­bu­nal Supre­mo en su sen­ten­cia núme­ro 210/​2016 de 16 de mar­zo de 2016 vuel­ve a resol­ver una cues­tión de impor­tan­cia nuclear en nues­tra socie­dad de la infor­ma­ción actual: La pro­tec­ción de datos y el dere­cho al olvido.

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El dere­cho al olvi­do vis­to por el Tri­bu­nal Supremo

En una reso­lu­ción sin­gu­lar, que sin entrar a cues­tio­nar su argu­men­ta­ción, entra en con­flic­to con la inter­pre­ta­ción que hace en simi­lar mate­ria la tam­bién sen­ten­cia del Tri­bu­nal Supre­mo, pero esta vez de la Sala Con­ten­cio­so Admi­nis­tra­ti­va S.T.S. 574/​2016, de 14 de mar­zo, se deter­mi­na que el tra­ta­mien­to de datos per­so­na­les, en este caso con­ce­sión de un indul­to, en un bus­ca­dor de Inter­net (Goo­gle), deja de ser líci­to pasa­do un pla­zo razo­na­ble des­de la con­ce­sión de dicho indul­to, siem­pre que el afec­ta­do ejer­ci­te su dere­cho de opo­si­ción (al tra­ta­mien­to de sus datos personales).

No cono­ce­mos pre­ce­den­te, por el que un Tri­bu­nal Supre­mo de otro país de la Unión Euro­pea haya inter­pre­ta­do en reso­lu­cio­nes diver­gen­tes, un con­cep­to de suma impor­tan­cia del dere­cho de la UE, sin plan­tear una cues­tión pre­ju­di­cial al Tri­bu­nal de Jus­ti­cia de la UE. Por supues­to nos refe­ri­mos al “tra­ta­mien­to de datos de carác­ter personal”.

En ambas sen­ten­cias, se estu­dia, refle­xio­na y juz­ga sobre si Goo­gle Spain es res­pon­sa­ble del tra­ta­mien­to de datos de carác­ter per­so­nal, en rela­ción a la Direc­ti­va 95/​46/​CE (artícu­lo 23.1).

Las sen­ten­cias abor­dan la cues­tión de si la filial Goo­gle Spain, con sede en Espa­ña y dedi­ca­da casi en exclu­si­va a la comer­cia­li­za­ción de publi­ci­dad, es res­pon­sa­ble del tra­ta­mien­to de datos que lle­va a cabo el motor de bús­que­da (www​.goo​gle​.com), que ges­tio­na Goo­gle Inc, con domi­ci­lio en EEUU.

La sala Civil del Tri­bu­nal Supre­mo con­si­de­ra que la filial es res­pon­sa­ble de los datos, y su fun­da­men­to jurí­di­co es evi­tar que quien se vea daña­do por la infor­ma­ción del bus­ca­dor no ten­ga que deman­dar en una empre­sa situa­da en el extran­je­ro cuan­do exis­te un domi­ci­lio en Espa­ña. Se tra­ta por tan­to de evi­tar per­ju­di­car la pro­tec­ción efi­caz de los dere­chos fundamentales.

“…Por tal razón, una vez trans­cu­rri­do un pla­zo razo­na­ble, el tra­ta­mien­to de datos con­sis­ten­te en que cada vez que se rea­li­za una con­sul­ta en un motor de bús­que­da gene­ra­lis­ta de Inter­net como es Goo­gle, uti­li­zan­do datos per­so­na­les, como son el nom­bre y ape­lli­dos de una deter­mi­na­da per­so­na, apa­rez­ca entre los pri­me­ros resul­ta­dos el enla­ce a la pági­na web don­de se publi­ca el indul­to que le fue con­ce­di­do, deja de ser líci­to por­que es inade­cua­do para la fina­li­dad con la que se hizo el tra­ta­mien­to, y el daño pro­vo­ca­do a los dere­chos de la per­so­na­li­dad del afec­ta­do, tales como el honor y la inti­mi­dad, resul­ta des­pro­por­cio­na­do en rela­ción al inte­rés públi­co que ampa­ra el tra­ta­mien­to de esos datos, cuan­do el deman­dan­te no es una per­so­na de rele­van­cia públi­ca, ni los hechos pre­sen­tan un inte­rés histórico.

Hay que tomar en con­si­de­ra­ción que Inter­net es una herra­mien­ta de infor­ma­ción y de comu­ni­ca­ción con una enor­me capa­ci­dad para alma­ce­nar y difun­dir infor­ma­ción. Esta red elec­tró­ni­ca, que comu­ni­ca a millo­nes de usua­rios por todo el mun­do, hace posi­ble que la infor­ma­ción sea acce­si­ble a millo­nes de usua­rios duran­te un tiem­po inde­fi­ni­do. El ries­go de pro­vo­car daños en el ejer­ci­cio y goce de los dere­chos fun­da­men­ta­les y las liber­ta­des públi­cas, par­ti­cu­lar­men­te el dere­cho al res­pe­to de la vida pri­va­da, que repre­sen­ta el con­te­ni­do y las comu­ni­ca­cio­nes en Inter­net es enor­me, y se ve poten­cia­do por la actua­ción de los moto­res de búsqueda.”

TS Sala I 5 abr 2016