Oposición al desahucio

Opo­si­ción al jui­cio de desahu­cio
Por: Car­va­jal del Rey

La opo­si­ción al jui­cio de desahu­cio por fal­ta de pago de la ren­ta o can­ti­da­des asi­mi­la­das tie­ne un carác­ter limi­ta­do, que impi­de que el inqui­lino (arren­da­ta­rio) deman­da­do pue­da adu­cir todo aque­llo que considere.

¿Que es un juicio de desahucio?

El jui­cio de desahu­cio es el pro­ce­di­mien­to judi­cial por el que se pre­ten­de la recu­pe­ra­ción de la pose­sión de la fin­ca urba­na ‑vivien­da o local de negocio‑, que es obje­to del arren­da­mien­to a tra­vés de la Ley de Arren­da­mien­tos Urba­nos aplicable.

Motivos habituales en la presentación de la demanda de desahucio.

1. Incumplimiento del pago de la renta o cantidades asimiladas (IBI, comunidad de propietarios, luz, agua, etc).

Recor­da­mos que para que exis­ta el impa­go de las can­ti­da­des asi­mi­la­das a la ren­ta, los gas­tos asi­mi­la­dos a la ren­ta (sumi­nis­tros, IBI, comu­ni­dad de pro­pie­ta­rios), tie­nen que estar pac­ta­dos en el con­tra­to de arren­da­mien­to. Las par­tes han teni­do que esta­ble­cer en el docu­men­to que el arren­da­ta­rio /​ inqui­lino es el obli­ga­do al pago.

En este caso habla­mos de un DESAHUCIO POR FALTA DE PAGO. 

El artícu­lo 444.1 de la Ley de Enjui­cia­mien­to Civil, esta­ble­ce que: “Cuan­do en el jui­cio ver­bal se pre­ten­da la recu­pe­ra­ción de fin­ca rús­ti­ca o urba­na, dada en arren­da­mien­to, por impa­go de la ren­ta o can­ti­da­des asi­mi­la­das sólo se per­mi­ti­rá al deman­da­do ale­gar y pro­bar el pago o las cir­cuns­tan­cias rela­ti­vas a la pro­ce­den­cia de la enervación”.

En con­clu­sión, el inqui­lino solo pue­de ale­gar las cues­tio­nes rela­ti­vas al pago de la ren­ta: se ha paga­do la ren­ta; se ha con­sig­na­do; el arren­da­dor se ha nega­do al cobro de la ren­ta, o las cues­tio­nes de la legi­ti­mi­dad, dado que el úni­co que pue­de ejer­cer esta acción de desahu­cio por fal­ta de pago es el arren­da­dor, como así esta­ble­ce el artícu­lo 24 de la ley de Arren­da­mien­tos urba­nos del año 1994.

Que­dan fue­ra de este pro­ce­so (desahu­cio por fal­ta de pago) las cues­tio­nes com­ple­jas, sin que pue­dan ale­gar­se por el inqui­lino al tra­tar­se de un pro­ce­di­mien­to suma­rio ‑que no otor­ga con­di­ción de cosa juz­ga­da, sien­do posi­ble vol­ver a dis­cu­tir estas cues­tio­nes jun­to a otras en un pro­ce­di­mien­to ordinario-.

Dos acciones posibles

  1. Recu­pe­rar la pose­sión del inmueble.
  2. Recu­pe­rar la pose­sión de la fin­ca y recla­mar en el mis­mo jui­cio las ren­tas debi­das, ya sea en con­cep­to de ren­ta o por can­ti­da­des asi­mi­la­das (IBI, gas­tos de comu­ni­dad, con­su­mos de luz, aguas, etc). En este segun­do supues­to el inqui­lino deman­da­do pro­drá opo­ner otros moti­vos dife­ren­tes a los que ya se han dicho, entre ellos la COMPENSACIÓN DE CRÉDITOS, que se regu­la en el artícu­lo 438.3 de la LEC. El deman­da­do podrá opo­ner en la con­tes­ta­ción a la deman­da un cré­di­to com­pen­sa­ble, sien­do de apli­ca­ción lo dis­pues­to en el artícu­lo 408…”

Incumplimiento del arrendador

No pode­mos opo­ner­nos como hemos vis­to al desahu­cio por fal­ta de pago ale­gan­do el incum­pli­mien­to del arren­da­dor, las cau­sas de opo­si­ción están tasa­das y vie­nen regu­la­das en el artícu­lo 444.1 de la LEC, sin embar­go, la juris­pru­den­cia no ha sido uná­ni­me, y exis­ten dos doc­tri­nas enfrentadas:

  • Por un lado, ‑por todas la sen­ten­cia de la Audien­cia Pro­vin­cial de Pon­te­ve­dra (sec­ción 1), sen­ten­cia de 18 de junio de 2015, que seña­la que no pue­de el inqui­lino opo­ner­se al desahu­cio de pago, ale­gan­do el incum­pli­mien­to del arren­da­dor, para jus­ti­fi­car su pro­pio incumplimiento.
  • Por otro lado otra ten­den­cia doc­tri­nal que entien­de que cuan­do el incum­pli­mien­to del arren­da­dor es gra­ve, si cabe opo­ner­se al desahu­cio cuan­do en el pro­ce­di­mien­to tam­bién se recla­man ren­tas. La sen­ten­cia de la Audien­cia Pro­vin­cial de Madrid (Sec­ción 12), sen­ten­cia de 18 de junio de 2014, es refle­jo de esta linea argu­men­tal: “…para que la fal­ta de pago de ren­tas no moti­ve la reso­lu­ción con­trac­tual, será pre­ci­so que el arren­da­ta­rio ale­gue y acre­di­te que el arren­da­dor ha incum­pli­do sus obli­ga­cio­nes con­trac­tua­les, no bas­tan­do con un cum­pli­mien­to defec­tuo­so de las mis­mas, sien­do pre­ci­so para ello que exis­ta un incum­pli­mien­to esen­cial o gra­ve, el cual se da cuan­do se frus­tran las legí­ti­mas aspi­ra­cio­nes de la otra par­te con­tra­tan­te”.

que­da suje­ta a la inter­pre­ta­ción y opi­nión del juez el que se den las con­di­cio­nes para que la sen­ten­cia sea esti­ma­to­ria para el inquilino.

Más vale pre­ve­nir que curar, y si no que­re­mos ver­nos fue­ra del local de nego­cio o de la vivien­da, más nos vale si tene­mos la posi­bi­li­dad, de ener­var la acción ‑ingre­sar las can­ti­da­des impa­ga­das- y con­ti­nuar el pro­ce­di­mien­to por las otras cues­tio­nes plan­tea­das en la deman­da, o for­mu­lar nues­tra pro­pia deman­da en recla­ción de nues­tros dere­chos o intereses.

La falta de reparaciones en la vivienda por el arrendador no es justa causa que permita el impago de la renta

Construction Workers 60585 1280

Caso real que aten­de­mos en el des­pa­cho en el que el arren­da­dor hace caso omi­so de la gra­ví­si­ma situa­ción del inmue­ble, local acon­di­cio­na­do como vivien­da, afec­ta­do por gra­ves humedades.

A pesar de las múl­ti­ples oca­sio­nes en las que se recla­mó la repa­ra­ción, inclu­so con par­te al segu­ro que ana­li­zó el esta­do de la vivien­da, el pro­pie­ta­rio hizo caso omi­so y no pro­ce­dió a la reparación.

¿Procede en estos casos dejar de pagar la renta?

Pues no, no se le ocu­rra. El pro­ce­di­mien­to de recla­ma­ción es otro, la fal­ta de repa­ra­cio­nes del arren­da­dor no jus­ti­fi­ca el impa­go de la renta.

Es com­pren­si­ble que el inqui­lino, como medi­da de pre­sión deci­da dejar de pagar la ren­ta, exi­gien­do con la “huel­ga de pago” que el arren­da­dor cum­pla con su obli­ga­ción de man­te­ner la vivien­da en con­di­cio­nes de habi­ta­bi­li­dad y salubridad.

Es cier­to que en las obli­ga­cio­nes bila­te­ra­les ‑contratos‑, ambas par­tes con­tra­tan­tes tie­nen obli­ga­cio­nes que deben cum­plir. Pero para poder exi­gir el cum­pli­mien­to a la con­tra­par­te es nece­sa­rio haber cum­pli­do pre­via­men­te con la obli­ga­ción pro­pia. Así lo esta­ble­ce el artícu­lo 1124 del Códi­go Civil.

Tam­bién lo esta­ble­ce así el artícu­lo 27 de la Ley de Arren­da­mien­tos Urba­nos, que esta­ble­ce que: “El incum­pli­mien­to de obli­ga­cio­nes deri­va­das del con­tra­to de arren­da­mien­to dará dere­cho al que haya cum­pli­do las suyas a exi­gir el cum­pli­mien­to de la obli­ga­ción o a pro­mo­ver la reso­lu­ción del con­tra­to de acuer­do a lo pre­vis­to en el artícu­lo 1124 del Códi­go Civil”.

Enten­di­do que debe­mos cum­plir con nues­tra obli­ga­ción de pago para poder exi­gir la obli­ga­ción de repa­ra­ción de la vivien­da, cabe pre­gun­tar­se enton­ces cual es el pro­ce­di­mien­to para lle­var a cabo la reclamación.

La reclamación siempre fehaciente

Nada de redes socia­les, men­sa­jes de What­tapp, o men­sa­jes simi­la­res a tra­vés de otros ser­vi­cios de men­sa­je­ría inme­dia­ta. La prue­ba de dichas con­ver­sa­cio­nes ante los tri­bu­na­les es de difí­cil prue­ba por la faci­li­dad con la que pue­den alte­rar­se lo mensajes.

Para un juez tiene mucha más validez el correo electrónico o el SMS como prueba de las conversaciones.

Correos

No obs­tan­te, lo que de ver­dad da prue­ba de los hechos, de la recla­ma­ción, es el BUROFAX con acu­se de reci­bo y cer­ti­fi­ca­ción de con­te­ni­do, o la vía de la recla­ma­ción notarial.

Un buro­fax bien redac­ta­do y envia­do correc­ta­men­te es garan­tía de éxi­to en la recla­ma­ción. Apor­tar foto­gra­fías, infor­mes peri­cia­les, enviar un video a tra­vés del correo elec­tró­ni­co con los des­per­fec­tos, etc. Todo esto ayu­da, per­mi­te que el abo­ga­do pue­da recla­mar con garantías.

Una vez que haya que­da­do cons­ta­ta­do feha­cien­te­men­te que hemos exi­gi­do la repa­ra­ción y cuan­do lo hemos hecho, si el arren­da­dor con­ti­núa sin hacer caso de nues­tra jus­ta recla­ma­ción pode­mos actuar de la siguien­te manera:

Reparar por uno mismo, y reclamar las facturas al arrendador.

En aque­llos casos en los que las obras de repa­ra­ción sean urgen­tes para evi­tar un daño inmi­nen­te o una gra­ve situa­ción de inha­bi­ta­bi­li­dad o inco­mo­di­dad gra­ve en el uso del inmueble.

Si el arren­da­dor se nie­ga a pagar las fac­tu­ras no cabrá otra solu­ción que recla­mar judi­cial­men­te su impor­te. La deman­da tie­ne que pro­bar (la car­ga de la prue­ba la tie­ne el inqui­lino), que las obras eran nece­sa­rias, y urgen­tes (con la enor­me difi­cul­tad de deter­mi­nar de for­ma obje­ti­va qué obra es urgen­te y cual no lo es), y su cos­te (fac­tu­ras paga­das por ban­co o tar­je­ta mejor que en efectivo).

Aquí los abo­ga­dos pedi­mos a nues­tros defen­di­dos que nos entre­guen todas las prue­bas que ten­gan a su disposición.

Siem­pre mejor la prue­ba docu­men­tal, los tes­ti­gos los enten­de­mos los juris­tas como una prue­ba de segun­da cate­go­ría, suje­ta a la manipulación.

Exigir judicialmente al arrendador la reparación

Esta es la mejor opción si la situa­ción del inmue­ble per­mi­te habi­tar­lo, las obras no son urgen­tes, el arren­da­dor hace caso omi­so a nues­tras jus­tas rei­vin­di­ca­cio­nes, y no esta­mos dis­pues­tos a ade­lan­tar el dine­ro de las obras y que­dar suje­tos al jui­cio de un ter­ce­ro (el Juez), sobre la nece­si­dad o no de las obras.

Promover la resolución del contrato de arrendamiento

Solo apli­ca­ble a aque­llos casos en los que la fal­ta de repa­ra­cio­nes está hacien­do inha­bi­ta­ble la vivienda.

Pre­via­men­te a toda recla­ma­ción judi­cial es, a nues­tro jui­cio, impres­cin­di­ble inten­tar el pre­vio acuer­do. Ins­tar al arren­da­dor a la reso­lu­ción, al pago de los gas­tos de aban­dono del hogar (mudan­za y adap­ta­ción de la nue­va vivien­da, por ejemplo).

2. Finalización del contrato de arrendamiento sin que el arrendatario devuelva el inmueble.

En este caso esta­mos ante un DESAHUCIO POR EXPIRACIÓN DEL PLAZO CONTRACTUAL, que ana­li­za­mos aquí.

Con­sul­ta onli­ne a un abo­ga­do espe­cia­lis­ta en arren­da­mien­tos urbanos

Te Llamamos