Cláusulas suelo. Sentencia de 7 de abril de 2016 del Juzgado Mercantil 11 de Madrid. Se declaran nulas las cláusulas suelo de un elevado número de entidades financieras.

A bom­bo y pla­ti­llo, con enor­me estré­pi­to y con ríos de tin­ta (hoy resul­ta que son ceros y unos en los orde­na­do­res), se ha des­ta­ca­do como deter­mi­nan­te, la Sen­ten­cia del Juz­ga­do de lo Mer­can­til núme­ro 11 de Madrid de 7 de abril de 2016, que decla­ra la nuli­dad de las cláu­su­las sue­los de un núme­ro ele­va­do de enti­da­des financieras.

Com­par­to con mis lec­to­res las apre­cia­cio­nes que aun­que sean obvias para los que esta­mos acos­tum­bra­dos a esto del dere­cho, no lo son tan­to para los miles de afec­ta­dos o intere­sa­dos en estos asun­tos, y que deben tener­se en cuen­ta, por­que son muchos los que fir­ma­ron hipo­te­cas con la cláu­su­la suelo:

1º) La sen­ten­cia dic­ta­da es una más de las muchas dic­ta­das, no es nove­do­sa, ya hay cin­co sen­ten­cias del TRIBUNAL SUPREMO que han decla­ra­do la nuli­dad de cláu­su­las sue­lo similares.

2º) La sen­ten­cia dic­ta­da por el Juz­ga­do de lo Mer­can­til, no es fir­me, y por tan­to recurrible.

3º) Al no ser fir­me la sen­ten­cia que decla­ra nulas las cláu­su­las sue­lo, no supo­ne la devo­lu­ción inme­dia­ta de can­ti­da­des a todos los afec­ta­dos con la cláu­su­la sue­lo, es decir, si que­re­mos bene­fi­ciar­nos de sus efec­tos hay que ini­ciar una acción judi­cial a nivel individual. 

4º) Final­men­te indi­car, que actual­men­te el TRIBUNAL SUPREMO ha sen­ta­do doc­tri­na juris­pru­den­cial limi­tan­do la devo­lu­ción de can­ti­da­des en con­cep­to de intere­ses cobra­dos inde­bi­da­men­te des­de el 9 de mayo de 2013. Esto últi­mo, cri­ti­ca­do abier­ta­men­te por muchos sec­to­res, está pen­dien­te de reso­lu­ción por el Tri­bu­nal de Jus­ti­cia de la Unión Euro­pea, que deter­mi­na­rá si deben devol­ver­se inte­gra­men­te todas las can­ti­da­des per­ci­bi­das inde­bi­da­men­te por apli­ca­ción de la lla­ma­da “claú­su­la suelo”.

Nues­tro con­se­jo, y el de muchos com­pa­ñe­ros es claro:

1.- No acep­tar acuer­dos de supre­sión de la cláu­su­la sue­lo o devo­lu­ción par­cial de can­ti­da­des mien­tras este­mos pen­dien­tes del pro­nun­cia­mien­to del Tri­bu­nal de Jus­ti­cia de la Unión Europea.

2.- Con­ti­nuar con la acción judi­cial indi­vi­dual recla­man­do la supre­sión de la cláu­su­la sue­lo y la devo­lu­ción ínte­gra de cantidades.